martes, 26 de marzo de 2013

Capitulo 18: Aclarar las cosas


— ¿Qué ha pasado? -preguntó David cuando vio que sus amigos estaban en circulo “regañando” por decirlo de alguna manera a Dani.
— ¿Por qué la has besado? -preguntó Álvaro ignorando la pregunta de David.
— No lo sé -dijo Dani sin saber que decir.
— Pues deberías saberlo, uno no va besando a todo el mundo sin razón alguna -le dijo Blas.
— ¿Alguien me explica que ha pasado? -volvió a preguntar David, esta vez un poco mas alto para que los demás se percataran de su existencia.
— Dani a besado a Fani  -dijo Carlos
— ¿Qué? -preguntó David sin creérselo
— Lo que oyes -dijo Carlos
— ¿Por qué la has besado? ¿Acaso te gusta? -le preguntó David y todos le miraron (a Dani) esperando una respuesta.
— No lo sé, a sido un impulso ¿vale? -dijo Dani - la tenia tan cerca… que… no sé… sentí ganas de besarla.
— Bueno, ahora sabes lo que toca ¿no? -dijo Álvaro
— ¿El que? -preguntó Dani un poco confundido
— ¡Hablar con ella! Tienes que hablar con ella para aclarar las cosas -dijo Blas

***

Cuando terminé de contarle todo a Nerea, se quedó mirándome sin decir nada.

— ¿Vas a decirme algo?
— Es que no doy crédito a lo que estoy oyendo.
— ¿Qué quieres decir?
— Que no entiendo porque lo has besado.
— Yo no lo he besado, ha sido el que me ha besado
— Pero tú ibas a volver a besar ¿o no?
— Si, pero…
— ¿Pero que?
— Que no se porque
— Deberías hablar con él y aclarar las cosas
— ¿Tu crees?

No contestó, solo asintió, yo cogí aire y me dispuse a salir por al jardín, para hablar con Dani y aclarar las cosas, aunque estaba tan nerviosa que mi mente se quedó en blanco y no sabía siquiera lo que le iba a decir, pero ya era tarde para echarse atrás porque ya me había visto y venía directo a hablar conmigo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Capitulo 17: Día de piscina (2da parte)


— Verás, yo… -comenzaba a decir David, buscando las palabras correctas para decirle todo lo que sentía a Nerea.
— Tú…
— Es que, no sé como explicarme -dijo David - nunca e sido bueno para estas cosas.
— Bueno, tranquilo, relájate y que las palabras salgas solas de tu boca -dijo Nerea intentando que David se relajará y la dijera lo que sentía.
— Yo…-cogió aire y soltó- estoy enamorado de ti, Nerea -dijo David, mirando a los ojos a Nerea, esperando una respuesta.

***

Yo y Dani seguíamos igual, lo tenía tan cerca, por una parte quería besarlo, no se porque, pero por otra parte sabía que no era lo adecuado, que era un error.
Él se acercó mas a mí, lo que provocó que nuestros labios se rozarán, y me dio un pequeño beso, y luego se separó, no demasiado, porque seguíamos en la misma situación en la que estábamos antes de que me besará.
Yo, por un impulsó me volví a acercar mas a él, y nuestros labios volvieron a rozarse, pero esta vez, antes de que pudiéramos volver a besarnos, una voces nos hicieron alejarnos.

— Estamos aquí, eh! -dijo Blas, después de hacer un pequeño carraspeo.

Yo me separé de Dani enseguida y me metí dentro de la casa buscando a Nerea, necesitaba a mi amiga ¡YA!, justo cuando iba sumergida en mis pensamientos me topé con David y Nerea, los cuales traían sus manos entrelazadas, me extrañó un poco, pero ya le pediría después que me lo contará, ahora necesitaba hablar con ella urgentemente de lo que acababa de pasar en el jardín con Dani.

— Nerea, tengo que hablar contigo ¡ya! -dije tratando de no parecer nerviosa, aunque realmente lo estaba.
— Fani, ¿estas bien? -me preguntó David.
— Si, solo necesito hablar con Nerea, ¿me la prestas? -le dije
— Claro -dijo y se despidió de Nerea con un dulce beso en la comisura de sus labios.
— Dime -dijo Nerea cuando vio que David había salido por la puerta al jardín y que ya no estaba en la habitación y no podía escucharnos.
— Te tengo que contar lo que me acaba de pasar ahí fuera -dije nerviosa señalando al jardín.
— Tranquila -dijo intentando calmarme -¿Qué a pasado?
— Pues…

jueves, 7 de marzo de 2013

Capitulo 16: Día de piscina (1ra parte)


— Guauu, esto es increíble -dijo Nerea
— Yo no tengo palabras -reí
— Sabia que os gustaría -dijo Blas
— La verdad es que es genial, a nosotros también nos gusta mucho -dijo David
— Lo sé -rió Blas

Blas nos había invitado a pasar el día en su casa, era enorme y tenía una piscina enorme también y muy guay.
Nosotras nos fuimos a una habitación a cambiarnos y los chicos se fueron a otra.

— Chicos, tengo que contaros algo -dijo David
— Pues cuenta -dijo Dani
— Somos todo oídos -dijo Carlos
— Veréis, es que…-paró un momento y luego siguió- me gusta Nerea.
— ¿Y dónde esta el problema? -dijo Álvaro
— Pues en que no se si yo le gusto a ella -dijo David
— Pues habla con ella y averígualo -dijo Blas
— Pero tampoco vayas de golpe y le digas “¿te gusto?” -dijo Carlos - eso es pasarse -rió
— Esta bien, creo que ya se como lo voy a hacer.

***

Nerea y yo estábamos tumbadas en el césped,  no teníamos ganas de meternos en la piscina de momento, estábamos hablando cuando David se nos acercó.

— Nerea, ¿puedo hablar contigo un momento?
— Claro -se levantó y se fue con David dentro de la casa- yo seguí tumbada en el césped tomando el sol.

— Yo que tu no tomaría tanto sol, acabarás roja -me dijo Dani riendo.
— Me e echado crema, listo -le saqué la lengua y me contestó con una carcajada.
— Bueno, -se sentó a mi lado, justo donde hace un rato había estado sentada Nerea- ¿Qué tal llevas lo de trabajar y eso?
— ¿A que te refieres?
— ¿No estabas trabajando en el bar de tu primo?
— Ah! Si, -reí- pues bien, no me puedo quejar.
— ¿Y que tal lo llevas?
— Pues, bien, mi primo algunos días me mete mucha caña, pero bueno, poco a poco me voy acostumbrando. -estuve callada unos segundos y luego volví a hablar -Oye -me miró- ¿tu sabes de que quiere hablar David con Nerea?
— Puede.
— ¿Y me lo vas a decir?
— No.
— ¿Por qué? -le miré haciéndome la enfadada y el se rió-
— Porque son cosas de David no mías.
— Por fis -dije poniéndole cara de cachorrito-
— Ni lo intentes porque no te voy a decir nada.
— Eres malo.
— No lo soy.
— Si lo eres.
— Bueno, si insistes, lo seré -yo le miré extrañada, de repente me cogió por la cintura me volvió a tumbar en el césped y empezó a hacerme cosquillas-
— Para, para -casi no podía hablar de la risa-
— No voy a parar hasta que retires lo de que soy malo -seguía haciéndome cosquillas y riéndose-
— No lo voy a retirar -seguía sin poder contener la risa-
— Entonces no pararé -me dijo-

En un descuido que tuvo, logré quitármelo de encima y que parará de hacerme cosquillas, pero el muy ágil me cogió y caí encima suyo, estábamos tan juntos, que podía sentir su respiración y los latidos de su corazón y nuestros labios estaban a milímetros de rozarse.